martes, 8 de noviembre de 2011

COMPARTIR PISO. O EL MES MÁS CRUEL.

Esta historia me fue contada por un compañero de facultad, al cual le ocurrió el siguiente suceso?
Él vivía alquilado en una vieja casa del barrio sevillano de Triana y la compartía con otros 3 chavales más. La casa, que estaba en una de las zonas más viejas del barrio, era muy vetusta y polvorienta. La mayoría de los muebles, de madera, estaban medio carcomidos por el paso del tiempo; así que crujían mucho.

Esto hizo que las primeras semanas todos estuvieran tranquilos y confiados, ya que los ruidos y crujidos que escuchaban por las noches provenían de los muebles; o eso era lo que querían ellos creer?

Al mes de estar instalados, empezaron a acometerse ?sucesos extraños?; el primero ocurrió un martes de madrugada, con el televisor del salón como protagonista. Uno de ellos empezó a escuchar ruidos en el salón, acto seguido se asomó y vio que era la tele que estaba encendida; pensó que era uno de sus compañeros que estaban viéndola antes de acostarse, así que volvió a la cama. Al instante, el volumen de la televisión aumentó de forma considerable, por lo que empezó a pedir a voces que la bajara; al seguir el estruendo del aparato de TV se levantó de la cama, de nuevo, a ver que demonios ocurría. A llegar al salón vio a sus otros 3 compañeros, en pijama y con cara de dormidos, en frente del TV preguntándose quien se había dejado encendida la televisión; y lo más importante, ¿quién había subido el volumen?

Otros sucesos, de los que no fui adecuadamente informado por mi amigo, fueron:
- Grifos que se abrían a altas horas de la noche.
- Bombillas que se encendían y explotaban.
- Crujidos y pisadas por todo el piso.

Los cuatros compañeros de piso estaban asustados, no se podían explicar lo que ocurría; ellos escuchaban cosas, pero no veían nada. Creían que se estaban volviendo chalados.

Un día, la madre de uno de ellos les hizo una visita y se quedo a dormir con ellos por petición de ellos; su hijo, a las 4 de la madrugada se despertó al oír ruidos en el salón. Se armo de valor y fue a dicha habitación, en donde encontró a su madre sentada en el sofá-cama; estaba sudando la gota gorda y mirando a la nada. Él le pregunto si algo le ocurría, si estaba enferma o algo así; ella contesto que no podía dormir con las presencias que había en el piso.

Al día siguiente llamaron a la casera del piso y le pidieron explicaciones de tales sucesos paranormales; la casera les contó, avergonzada y nerviosa, que, antaño, en ese piso se había practicado sesiones de espiritismo. Mi compañero de clase decidió que dejaran el piso y buscaran otro donde poder pasar el año de estudios.

Recuerdo que al contarme esta pequeña historia decidí ir a ver la casa de marras y al llegar vi tenia un cartel que ponía ?EDIFICIO EN DEMOLICIÓN?.

A las pocas semanas el edificio fue demolido, dejando nada más que un hueco en aquella antigua calle de Sevilla; pero una pregunta se me vino a la cabeza: ¿Qué habría pasado con los ?espíritus??

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